TOMASA CULUPÍ
por GREGORIO TORCETTA *
Un injusto destierro
En Colonia Jara (Maipú – Mendoza), desde la década de 1890, vivió la mujer pehuenche Tomasa Culipís, traída desde el sur en una de tantas caravanas de indígenas prisioneros durante la segunda expedición militar al desierto.
La mujer fue destinada a prestar servicios como lavandera en una casa de campo que el entonces teniente coronel Rufino Ortega, poseía en la localidad de Rodeo del Medio de Maipú. Este militar comandó varias de las mencionadas expediciones y era reconocido como el principal responsable y ejecutor de traslados y distribución de indígenas sometidos hacia Mendoza.
Al poco tiempo de llegar, Tomasa Culipís era reconocida entre los pobladores como “la Médica”, por sus muchas virtudes y conocimientos para curar enfermos. Había alcanzado tanto crédito que su humilde rancho era frecuentado permanentemente por personas que llegaban desde distintos lugares de la región y de las más variadas condiciones económicas, aunque ella prefería a los más necesitados y de menores recursos.
Se presume que nació por 1.840, hija del cacique Cayatur y de Ana Culipís. Su padre perteneció a las tribus neuquinas y fue uno de los caciques sometidos por los expedicionarios al desierto.
Tomasa Culipís se casó con José María Díaz, un peón que trabajaba en un campo de Rufino Ortega y, de esta unión, nacieron tres hijos: Rufina, Avelina y Lorenzo (foto). De este último, se sabe que por el año 1935, frecuentaba la zona de Maipú reparando sillas con totora y esterilla, oficio que había aprendido mientras estuvo recluido en la penitenciaría de Mendoza, desconociéndose los motivos por los que ingresó al Penal.
Tomasa falleció a edad centenaria el 13 de noviembre de 1943 y en sus exequias quedó demostrada la admiración hacia ella que se transformó en veneración popular.
El Santuario de María Auxiliadora fue construido a escasa distancia de la casa del Tte. Gral. Rufino Ortega quien, además de ser el creador de la Villa Rodeo del Medio, tuvo una activa participación en la Campaña del Desierto y gobernó Mendoza entre los años 1884 y 1887. También fue benefactor de la congregación salesiana, encargada del templo, y, entre otras cosas, donó un valioso órgano tubular importado de la Casa Ibach de Alemania. Luego de su muerte, acaecida en el año 1917, las autoridades eclesiásticas consintieron en que se erigiese un mausoleo en la galería de la Capilla del Sufragio. Se trata de una importante obra realizada en mármol color negro donde descansan los restos de Ortega. El Poder Ejecutivo Nacional, por decreto Nº 3068/79, lo declara Monumento Histórico Nacional.
Rescate musical
Esta lamentable historia generó un tema musical con ritmo de milonga pampeana que lleva como título Tomasa Culupí, nombre que inicialmente recibió Aníbal Cuadros, su autor. Posteriormente, al rastrearse los escasos antecedentes históricos existentes y cuando ya el tema había sido registrado, se detecta que el historiador Juan Isidro Maza en su obra “Toponimia, tradiciones y leyendas mendocinas”, en el capítulo referido al Departamento de Maipú (Mendoza), hace una brevísima mención de su vida bajo el apellido Culipi en la localidad conocida como Colonia Jara. Asimismo el eminente antropólogo Carlos Rusconi, por la década de 1930, también se había ocupado de esta familia pero la denomina como Julipi.
Cabe destacar que todo autor de una creación artística, utiliza su imaginación para reconstruir hechos o personajes de los que no quedan vestigios ciertos y sólo permanecen en la memoria popular o en sus tradiciones. De allí que no queda afectada la figura del personaje ni la esencia del mensaje que se intenta dar, por lo que Aníbal Cuadros decidió no modificar el apellido tal cual figura en la letra original de la canción.
“TOMASA CULUPÍ”
Bajo un cielo diferente
al que temías llegar
germinaba la esperanza
de regresar al pinar.
Con indolente actitud
el despiadado invasor
fue marchitando los sueños
que tu raza maduró.
Ay!… Tomasa Culupí
lejos quedó tu verdad
allá en tu pueblo pehuenche
que te niegas a olvidar,
el fuego se está apagando
disperso en el medanal,
confundida en el silencio
escondes tu soledad.
Tu ancestral sabiduría
el respeto conquistó
y el tiempo pacientemente
a tu orgullo apaciguó;
paradójico el destino
te regaló una ilusión
cristalizada en tus hijos
y en un blanco que te amó.
Ay!… Tomasa Culupí
lejos quedó tu verdad
allá en tu tierra pehuenche
que no pudiste olvidar;
vino a buscarte la muerte
centenaria te encontró
un pueblo lloró en silencio
tal vez pidiendo perdón.
El CD «Volverme Raíz – folklore del oeste argentino» editado por el sello discográfico EPSA Music en el año 2012, incluye este aire de milonga interpretada por el solista José Pittella junto a destacados músicos de la región.
Repercusión
Algún tiempo después de haberse difundido el tema, los directivos de una biblioteca popular itinerante del departamento Maipú, bautizan a esa institución con el nombre de Biblioteca Popular “Tomasa Culupí”, al conocer su historia a través de la canción.
Fuentes:
Rusconi, Carlos. "Supervivencia de algunos descendientes de aborígenes de Mendoza". En: Revista Geográfica Americana 1940 8 (85) Maza, Juan Isidro. "Toponimias, tradiciones y leyendas mendocinas" Editorial Banco de Boston (1979)
Imagen de portada: Barrancas (límite entre las provincias de Mendoza y Neuquén)
* GREGORIO V. TORCETTA: Escritor, periodista, poeta y autor mendocino. Escribió sobre artes y espectáculos en los diarios “Mendoza”, “Los Andes” y “MDZ” de Mendoza. Colaboró con la revista “Folklore” de Buenos Aires. Autor de canciones y publicó los poemarios “Un poco de mí” y “El canto vano”. La cantata sinfónica “Los duendes del agua y la piedra” y el poema coral “Mendoza, cantata fundacional” llevan su poesía. Es uno de los fundadores de la revista digital “La Melesca” historias de Cuyo.